Toda la sociedad española vive en un estado de shock provocado por la situación de emergencia de salud pública derivada del coronavirus (COVID-19). De hecho, la Organización Mundial de la Salud ha declarado el estado de pandemia internacional.
No nos engañemos, nunca habíamos vivido nada así en nuestra historia, no solo por estar ante una alerta sanitaria mundial de rapidísima propagación con cientos de miles de afectados, sino tristemente, con miles de fallecidos.
La responsabilidad de la propagación del Covid-19 en todo el mundo no debemos focalizarla en ningún Estado en particular, vivimos en un orbe globalizado, donde las comunicaciones veloces hacen que podamos estar en cualquier rincón del planeta en pocas horas. Frente a esta situación poco podemos hacer personalmente, sino seguir las directrices de las autoridades sanitarias y políticas para tratar de paliar el contagio y vencer a esta pandemia.
La velocidad con que el coronavirus se ha expandido en nuestro país, de norte a sur y de este a oeste, sin duda, nos ha pillado a pié cambiado. Seguramente hemos minimizado las consecuencias letales de este virus importado de China y que está nublando los cielos de todos los países, especialmente en la vieja Europa.
Otro de los aspectos negativos de esta pandemia es y será, aunque deben verse como secundarios frente a cualquier vida humana, las consecuencias económicas. Nos levantamos todos los días con las noticias de los telediarios sobre la quiebra de las bolsas de todo el mundo, con Expedientes de Regulación Temporal de Empleos (ERTES), con cierres de empresas, falta de productos básicos, etc. y esta situación extraordinaria nos afectará a toda la población, también a los empresarios y trabajadores y por supuesto, a notarios y empleados de notarías.
A primeros de marzo de 2020, se pensaba que el coronavirus no iba a tener influencia negativa en la salud y economía de los españoles ¡que equivocados estábamos todos¡
En primer lugar, debemos afirmar con rotundidad que en estos momentos necesitamos tranquilidad y unidad por parte de los veinte mil profesionales que trabajamos en las Notarías. Sin perjuicio de los errores y poca previsión inicial en la adopción de medidas tendentes a preservar del contagio a los empleados de Notarías, no queremos hacer reproches ni mirar para atrás, cuando esta situación pase tendremos ocasión de reflexionar y hacer autocrítica todos. En los últimos días, tanto por el Consejo General del Notariado (Circular de 18 de marzo) como por parte de los Colegios Notariales se han puesto en marcha directrices claras y oportunas para la autorización de documentos notariales, que deben ser “urgentes” según nos han indicado, debiéndose justificar esa urgencia y es más, en algunos Colegios se ha impuesto medidas de seguimiento y control, como la exigencia de enviar todos los lunes enumeración de los instrumentos públicos y pólizas autorizadas para imponer las sanciones disciplinas pertinentes por no actuar de forma restrictiva.
La institución notarial no está exenta de contagiarse con el covid-19, de hecho, sabemos que notarios y empleados de Notarías se han contagiado con el coronavirus y están en cuarentena, e incluso hemos conocido el fallecimiento de un compañero, a quién rendimos homenaje en esta revista. La enfermedad no discrimina y no respeta a clases, personas ni oficios.
El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declaró el estado de alarma en todo el país para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 dejó meridianamente claro, según el art. 7, que se puede circular o desplazarse al lugar de trabajo para efectuar la prestación profesional o laboral, es decir, no estamos entre los grupos eximidos de la prestación de la actividad laboral como el educativo.
Por su parte, la Instrucción de la DGSJFP del domingo 15 de marzo, que llegó un poco tarde a nuestro juicio, perfiló un poco más, las medidas a adoptar por el Notariado para garantizar la adecuada prestación del servicio público notarial. Asienta el criterio de de que “el servicio público notarial es un servicio público de interés general cuya prestación ha de quedar garantizada en todo el territorio nacional” y que salvo casos de enfermedad, el “notario no puede cerrar el despacho notarial al tener carácter de oficina pública”. Por tanto, no nos corresponde a nosotros decidir el alcance de la función notarial y si es urgente o no su prestación, como no le corresponde a cualquier empleado de un supermercado abierto en la actualidad. Eso sí, tenemos que exigir en toda ocasión que se adopten por nuestros notarios las máximas medidas garantistas para que nuestra salud no se vea perjudicada de ninguna manera, así como exigir el seguimiento de las instrucciones gubernamentales y corporativas tendentes a limitar el contagio. Esto debe hacerse con franqueza y seriedad en cada Notaría.
El pasado día 18 de marzo, se ha publicado un extenso Real Decreto 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del COVID-19, entre muchas medidas económicas contempla la suspensión temporal de contratos y reducción temporal de la jornada (ERTEs) con el fin de evitar, como dice la introducción “que una situación coyuntural como la actual tenga un impacto negativo de carácter estructural sobre el empleo. A la luz de la experiencia internacional, este tipo de medidas que tienen por objetivo la flexibilización y agilización de los procedimientos de regulación de empleo y la mejora de la cobertura, tanto para los trabajadores como para los empresarios, contribuye a minorar el impacto negativo sobre el empleo y la actividad económica, dado que se priorizará el mantenimiento del empleo sobre la extinción de los contratos”.
La pérdida de actividad derivadas del COVID-19 tendrá la consideración de fuerza mayor a los efectos de la suspensión de los contratos o la reducción de la jornada y se agiliza la tramitación de los procedimientos de regulación de empleo, tanto por fuerza mayor, como por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. En todas estas medidas, sin duda, los empleados de notarías nos estamos viendo implicados en mayor o menor medida, pues no olvidemos que, los notarios, no dejan de ser unos empresarios más.
Por eso, la Junta Directiva de FEAPEN lleva tiempo trabajando y conversando con autoridades notariales, sindicales y laborales con el fin de prever las consecuencias derivadas de ERTES u otras medidas que el RD proporciona a los empresarios en estos momentos. Todos debemos tener la mente abierta y la predisposición adecuada para ser objetivos en este asunto, buscando la viabilidad futura de la Notaría aunque vengan unos meses críticos de bajos o nulos ingresos en los despachos. Por ello, FEAPEN está preparada a través de su asesoría y despacho laboral para atender a las demandas y consultas de todos los empleados de Notaría. No debe perderse ni un puesto de trabajo en el sector de forma indefinida.
Por lo anterior, contribuyamos con nuestra actitud al fortalecimiento de nuestra oficina de trabajo, propongamos y exijamos al notario todas las medidas preventivas que estimemos convenientes para salvaguardar nuestra salud, teletrabajemos en casa o denunciemos los abusos, que puedan producirse en su caso.
FEAPEN está evidenciando una sobresaliente responsabilidad corporativa, pero con franqueza solicitamos a los notarios y a las instituciones notariales que den ejemplo de responsabilidad y solidaridad con el colectivo de trabajadores de Notarías que, en la mayoría de los casos, no han escatimado esfuerzos y horas para sacar adelante la actividad en sus propios despachos. Ahora, es el tiempo de recompensar ese denuedo y esfuerzo durante los años pasados. El ejemplo de cada notario puede ser muy positivo para la futura implicación de todo su personal.
No queremos dejar pasar por alto la fantástica iniciativa de FEAPEN para proporcionar ánimo y estímulo positivo al colectivo de empleados de Notarías con el proyecto Encuentros Virtuales “FEAPEN CONTIGO EN CASA”, que se mantendrá mientras persista el estado de alarma, y que consiste en impartir clases a través del portal YOUTUBE, tres días a la semana, con el objetivo de mantenernos comunicados a la vez en torno a temas profesionales.
Por último, no olvides compañero que, unidos junto con el resto de la población, los empleados de Notarías podremos vencer al coronavirus, pero en estos momentos necesitamos copiar la serenidad de nuestros sanitarios y evidenciar que, aunque sea con limitaciones sostenemos que nuestro trabajo es útil para la sociedad como un servicio público.